INTRODUCCIÓN
Las ruedas dentadas, engranando
entre sí, sustituyen a las ruedas de fricción, con la ventaja de mantener la
relación de transmisión constante para cualquier potencia, siempre que los
dientes sean suficientemente resistentes y estén construidas de forma debida
(normas UNE).
Un engranaje es un mecanismo
formado por dos ruedas dentadas que giran alrededor de unos ejes cuya posición
relativa es fija. En todo engranaje son necesarias, al menos, dos ruedas
dentadas; por tanto, no es correcto llamar engranaje a una sola rueda dentada.
En un engranaje de dos ruedas, se llama rueda a la de mayor número de dientes y
piñón a la de menores dientes.
Los engranajes son mecanismos que
se utilizan para la transformación de velocidades tanto en magnitud como en
dirección.
En el modo de funcionamiento
habitual de un engranaje, el piñón es el elemento que transmite el giro,
desempeñando la función de rueda conductora mientras que la rueda realiza el
movimiento inducida por el piñón haciendo ésta el papel de rueda conducida.
Un parámetro fundamental de
diseño de estos mecanismos es el índice de reducción. Se denomina índice de
reducción a la relación entre la velocidad de la rueda conductora (n1) y la
velocidad de la rueda conducida (n2), por lo que:
N1
I =
N2
Desde el minúsculo reloj de pulsera al motor de un transatlántico,
son innumerables los mecanismos que cumplen su cometido gracias a los
engranajes.
El engranaje es una rueda o cilindro dentado
empleado para transmitir un movimiento giratorio o alternativo desde una
parte de una máquina a otra. Un conjunto de dos o más engranajes que
transmite el movimiento de un eje a otro se denomina tren de engranajes.
Los engranajes se utilizan sobre todo para transmitir movimiento
giratorio, pero usando engranajes apropiados y piezas dentadas planas
pueden transformar movimiento alternativo en giratorio y viceversa.
Hay
varios tipos de engranajes, el más sencillo es el engranaje recto, una
rueda con dientes paralelos al eje tallados en su perímetro. Los
engranajes rectos transmiten movimiento giratorio entre dos ejes
paralelos. En un engranaje sencillo, el eje impulsado gira en sentido
opuesto al eje impulsor. Si se desea que ambos ejes giren en el mismo
sentido se introduce una rueda dentada denominada 'rueda loca' entre el
engranaje impulsor o motor y el impulsado. La rueda loca gira en sentido
opuesto al eje impulsor, por lo que mueve al engranaje impulsado en el
mismo sentido que éste. En cualquier sistema de engranajes, la velocidad
del eje impulsado depende del número de dientes de cada engranaje. Un
engranaje con 10 dientes movido por un engranaje con 20 dientes girará
dos veces más rápido que el engranaje impulsor, mientras que un
engranaje de 20 dientes impulsado por uno de 10 se moverá la mitad de
rápido. Empleando un tren de varios engranajes puede variarse la
relación de velocidades dentro de unos límites muy amplios.
Los engranajes interiores o anulares son variaciones del engranaje recto en los que los dientes están tallados en la parte interior de un anillo o de una rueda con reborde, en vez de en el exterior. Los engranajes interiores suelen ser impulsados por un piñón, un engranaje pequeño con pocos dientes. La cremallera (barra dentada plana que avanza en línea recta) funciona como una rueda dentada de radio infinito y puede emplearse para transformar el giro de un piñón en movimiento alternativo, o viceversa.
Los engranajes cónicos, así llamados por su forma, tienen dientes rectos y se emplean para transmitir movimiento giratorio entre ejes no paralelos.
Y
también están los engranajes helicoidales, los dientes de éstos no son
paralelos al eje de la rueda dentada, sino que se enroscan en torno al
eje en forma de hélice. Estos engranajes son apropiados para grandes
cargas porque los dientes engranan formando un ángulo agudo, en lugar de
90º como en un engranaje recto. Los engranajes helicoidales sencillos
tienen la desventaja de producir una fuerza que tiende a mover las
ruedas dentadas a lo largo de sus ejes. Esta fuerza puede evitarse
empleando engranajes helicoidales dobles, o bihelicoidales, con dientes
en forma de V compuestos de medio diente helicoidal dextrógiro y medio
diente helicoidal levógiro. Los engranajes hipoides son engranajes
cónicos helicoidales utilizados cuando los ejes son perpendiculares pero
no están en un mismo plano. Una de las aplicaciones más corrientes del
engranaje hipoide es para conectar el árbol de la transmisión con las
ruedas en los automóviles de tracción trasera. A veces se denominan de
forma incorrecta engranajes en espiral los engranajes helicoidales
empleados para transmitir rotación entre ejes no paralelos.
Otra
variación del engranaje helicoidal es el engranaje de husillo, también
llamado tornillo sin fin. En este sistema, un tornillo sin fin largo y
estrecho dotado de uno o más dientes helicoidales continuos engrana con
una rueda dentada helicoidal. La diferencia entre un engranaje de
husillo y un engranaje helicoidal es que los dientes del primero se
deslizan a lo largo de los dientes del engranaje impulsado en lugar de
ejercer una presión de rodadura directa. Los engranajes de husillo se
utilizan para transmitir rotación (con una gran reducción de velocidad)
entre dos ejes perpendiculares.
HISTORIA y evolución DE LOS ENGRANAJES
Uno
de los problemas principales de la Ingeniería Mecánica es la
transmisión de movimiento, entre un conjunto motor y máquinas
conducidas. Desde épocas muy remotas se han utilizado cuerdas y
elementos fabricados de madera para solucionar los problemas de
transporte, impulsión, elevación y movimiento.
El inventor de
los engranajes en todas sus formas fue Leonardo da Vinci, quien a su
muerte en la Francia de 1519, dejó para nosotros sus valiosos dibujos y
esquemas de muchas de los mecanismos que hoy utilizamos diariamente.
La
forma más básica de un engrane es una pareja de ruedas, una de ellas
provistas de barras cilíndricas y la otra formada por dos ruedas unidas
por barras cilíndricas.
En la figura se aprecia un mecanismo
para repeler ataques enemigos, consiste de aspas al nivel del techo
movidas por un eje vertical, unido a un "engranaje" , el movimiento lo
producen soldados que giran una rueda a nivel del piso y provocando que
los enemigos que han alcanzado el techo sean expulsados. En este
mecanismo se muestra la transmisión entre dos ejes paralelos, uno de
ellos es el eje motor y el otro el eje conducido.
Leonardo se
dedica mucho a la creación de máquinas de guerra para la defensa y el
ataque, sus materiales son madera, hierro y cuerdas las que se elaboran
en forma rudimentaria, pero sus esquemas e invenciones trascienden el
tiempo y nos enseñan las múltiples alternativas que nos brindan
mecanismos básicos de palancas, engranes y poleas unidas entre si en una
máquina cuyo diseño geométrico es notable.
En la segunda
figura se puede apreciar la transmisión trasera para un carro, el eje
vertical mueve el "engrane" que impulsa las ruedas hacia adelante o
atrás. En este mecanismo los ejes están perpendiculares entre sí.
Se
puede deducir que la posición entre los ejes es de gran importancia al
diseñar la transmisión. Las situaciones son principalmente tres: ejes
paralelos, ejes que se cortan y ejes que se cruzan. Un ejemplo de esta
última situación se aprecia en la figura, en donde una manivela mueve un
elemento que llamaremos tornillo sin fin el que a su vez mueve la rueda
unida a él. En este caso, el mecanismo se utiliza como tecle para
subir un balde. Los ejes se encuentran en una posición ortogonal, o
sea, se cruzan a 90 grados.
Los engranes propiamente tales son
ruedas provistas de dientes que posibilitan que dos de ellas se conecten
entre sí. Leonardo nos entrega el siguiente esquema en donde se indican
los tres diámetros que definen el tamaño del diente.
ENGRANAJES
Sistema
mecánico basado en ruedas dentadas que sirve para transmitir el
movimiento de rotación de un eje a otro, invirtiendo eventualmente
sentido o modificando su velocidad angular. Esos mismos efectos podrían
obtenerse sin engranajes donde los árboles motor o conductor y receptor
conducido son dos cilindros lisos que estar en contacto. Al girar en
determinado sentido, el árbol motor transmite al árbol receptor un
movimiento de sentido contrario. Por otra parte, la velocidad angular
del segundo depende de la relación existente entre el diámetro de ambos.
Si éste es igual, los dos darán el mismo número de vueltas por unidad
de tiempo; pero si el cilindro receptor es mayor o menor, su velocidad
será respectivamente inferior o superior a la del cilindro motor.
Concretamente la relación entre las velocidades es constante e igual a
la razón inversa de los radios, lo cual se expresa matemáticamente
diciendo que si el cilindro de radio r1 gira a N1 revoluciones por
minuto, la velocidad del cilindro de radio r2 será de N2 revoluciones de
modo que el producto de 2r1 por N1 sea igual al de 2r2 por N2:
En realidad, esa transmisión de movimiento entre ruedas de fricción
es rara vez usada, pues, por muchas precauciones que se adopten en
-forrándolas, por ejemplo, con caucho para aumentar la adherencia-, se
produce inevitablemente un patinaje de la rueda motriz sobre la rueda
receptora cada vez que la carga supera la resistencia al deslizamiento
de las superficies en contacto. Dicho llanamente, los dientes de las
ruedas dentadas constituyen algo así como grandes asperezas que, al
encajar en sendas depresiones de la rueda opuesta, impiden ese
deslizamiento.
En una rueda de engranaje cabe distinguir tres diámetros: el diámetro primitivo no es sino el que tendrían los correspondientes cilindros o ruedas de fricción (sin dientes); el diámetro interior, de fondo o de pie, menor que el anterior, corresponde a la base de los dientes; el diámetro exterior o de cabeza,
el mayor de los tres, es el que circunscribe los dientes. A esos
diámetros corresponden otras tantas circunferencias designadas con los
mismos adjetivos (circunferencia primitiva, de fondo,
etc.). La parte periférica de las ruedas en la cual han sido entallados
los dientes constituye la llanta. Los dientes constan de un pie, que es su parte más ancha comprendida entre las circunferencias interior y primitiva, y de una cabeza,
incluida entre las conferencias primitiva y exterior. La superficie del
diente situada dentro de la entalladura o entrediente se llama flanco.
Durante
muchos siglos fueron utilizados engranajes que, por haber sido
diseñados empíricamente y toscamente labrados, estaban sujetos a
vibraciones y desgastes excesivos; eran ruidosos y sus dientes se
rompían fácilmente. Además, rozaban entre sí, disipando mucha energía en
forma de calor. Al producirse la Revolución Industrial se hizo patente
la necesidad de definir matemáticamente perfiles adecuados para que los
dientes engranaran perfectamente, sin choque inicial, progresivamente y
con un mínimo de deslizamiento de las superficies en contacto. La
primera solución científica de esos problemas tan sólo fue hallada ya
entrados en el siglo XIX, por Jean Víctor Poncelet. Entre los muchos
perfiles para dientes que luego se fueron inventando destacaron los epicicloides,
a los cuales serían preferidos más tarde los de evolvente de la
circunferencia, dadas las facilidades que ofrecen su fabricación y
ajuste. La evolvente de la circunferencias es, dicho
prosaicamente, la curva que describe en el espacio el extremo de un hilo
de coser al desenrollarlo tensamente de su carrete mantenido fijo. El
perfil de cada flanco del diente no es sino un arco de esa curva.
RUEDAS DENTADAS
La menor de las dos ruedas de un par se llama piñón,
especialmente cuando difieren mucho las dimensiones de ambas. El
diámetro de una rueda, el número y tamaño de sus dientes son muy
variables, pues dependen de las fuerzas que han de vencer, de la
resistencia de metal empleados y de las condiciones en que han de
transmitir o cambiar el movimiento. La relación entre las dimensiones de
la rueda y las de los dientes se expresa en forma de paso circunferencial o simplemente paso,
que es el coeficiente resultante de dividir la circunferencia primitiva
por el número dientes (es, por consiguiente, la distancia que media
entre el centro de dos dientes consecutivos). Para los ingenieros
resulta más cómoda la noción de paso diametral o módulo,
relación entre el diámetro de dicha circunferencia y el número de
dientes: cuanto mayor es el módulo, mayores y más resistentes son los
dientes. Por lo demás, cuanto menor es el módulo, más numerosos son los
dientes que están simultáneamente en contacto y entre los cuales se
reparte la carga. Módulos y pasos han sido normalizados. Ello no es
óbice para que exista una extraordinaria variedad de engranajes, desde
los de los relojes más diminutos hasta los de las máquinas más
gigantescas. Por lo demás, no es raro que una aplicación determinada
suscite la aparición de una nueva familia de engranajes. Así, al
observar con que frecuencia se rompían los dientes en la transmisión de
los coches mal conducidos, los ingenieros de la industria
automovilística inventaron los engranajes de dientes cortos, mucho más resistentes que los de dientes normales.
Por lo general, para transmisiones entre ejes paralelos suelen usarse engranajes cilíndricos, de dientes de rectos asimismo paralelos a aquéllos. Si los ejes no son paralelos, se requiere en engranajes cónicos. La intersección entre ambos puede formar un ángulo axial
de cualquier abertura, pero en la práctica suele ser de 90º. Las ruedas
y piñones de estos engranajes son troncos de sendos conos cuyos
vértices teóricos convergen en la intersección de los ejes. Los dientes
coinciden con las generatrices de los conos. Existen, no obstante,
algunas variantes. En el engranaje cónico de dentado espiral, el diente
es tallado a lo largo de una espiral que se enrolla en el cono. El engranaje hipoide
se distingue del anterior en que los ejes no están en un mismo plano
(sus vértices no coinciden en un mismo punto), lo cual hace que se pueda
situar el árbol del piñón a cierta distancia por debajo del de la
corona. Ello permite, por ejemplo, en la transmisión de los automóviles,
rebajar la altura del piso de los coches.
De los engranajes cilíndricos y cónicos derivan muchos otros. En un engranaje helicoidal
las ruedas y piñones son cilíndricos, pero los dientes adoptan la forma
de arcos de hélice inclinados respecto al eje de rotación. El engranaje de tornillo sin fin
constituye un caso particular de engranaje helicoidal para árboles cuya
orientación difiere de 90º. Su piñón está constituido por un tornillo
que, en vez de ser cilíndrico, adopta la forma circular de la rueda al
par que está, de perfil acanalado, se adapta a la de aquél, engranando
con él a lo largo de unos 60 a 90º. Los engranajes helicoidales se
beneficien de la propiedad que tienen sus dientes de engranar
progresivamente y de asegurar así una transmisión más suave y silenciosa
que la que se obtiene con los engranajes de dientes rectos. Tienen el
inconveniente de engendrar un empuje longitudinal sobre los árboles,
efecto fácilmente corregible con un tope adecuado o merced a una segunda
rueda simétrica de la primera. Por lo demás, ambas pueden estar unidas
en una sola, que constituye entonces una rueda de flecha, bihelicoidal o de cheurones. En algunas aplicaciones de los engranajes cilíndricos el piñón engrana no ya con una rueda, sino con una barra dentada, la cremallera,
que puede ser considerada como un segmento de rueda de diámetro
infinito. Su cometido es la transformación de un movimiento circular en
movimiento rectilíneo o viceversa. Los engranajes interiores
tienen la forma de una corona, con los dientes tallados en el interior
de la llanta. A este tipo pertenece, por ejemplo, la corona de los
trenes epiciclocoidales o planetarios como el del diferencial de los
automóviles.
Todos los engranajes son, por definición,
de acción directa: los dientes de una rueda engrana en los de otra. En
ciertos casos, cual ocurre con el plato y el piñón de las bicicletas,
las ruedas dentadas están más o menos alejadas y las enlaza una cadena
cuyos eslabones engranan en los dientes. Ese modo de transmisión es
calificado de engranaje de acción indirecta.
CLASIFICACIÓN DE LOS ENGRANAJES
Ejes paralelos en un mismo plano.
Engranajes cónico-rectos,
cónico-helicoidales o espirales.
Ejes que se cortan en un mismo plano.
Engranajes cónico-rectos, y helicoidales y
cónico-espirales.
Ejes que se cruzan perpendicularmente.
Engranajes de tornillo-sin-fin,
helicoidales, cónico-hipoides
Ejes que se cruzan a cualquier ángulo.
Helicoidales.
Todos los tipos de engranajes
citados, se resumen en las tres clases o tipos siguientes:
Engranajes cilíndricos
Engranajes cónicos
Tornillo sin fin
ENGRANAJES CILINDRICOS:
Se fabrican a partir de un disco
cilíndrico cortado de una plancha o de un trozo de barra maciza redonda Este
disco se lleva al proceso de fresado, en donde se retira material para formar
los dientes. La fabricación de estos engranajes es más simple, por lo tanto
reduce sus costos. Los engranajes cilíndricos se aplican en la transmisión
entre ejes paralelos y que se cruzan.
Rectos exteriores o rectos. Es el
engranaje más sencillo de fabricar y el más antiguo, generalmente, para
velocidades medias.
A grandes velocidades si no son
rectificados, producen ruido más o menos importante según la velocidad y la
corrección de su tallado. Es el engranaje donde la sección de corte se mantiene
constante con respecto al eje axial. En estos tiempos se utilizan poco, ya que
generan mucho ruido. Se encuentran en las prensas de caña de azúcar, y prensas
mecánicas.
Interiores. Pueden ser con
dentado recto, helicoidal o doble-helicoidal. Engranajes de gran aplicación en
los llamados “trenes epicicloidales o planetarios”.
Helicoidales: Más silenciosos que
los rectos. Se emplean siempre que se trata de velocidades elevadas. Necesitan
cojinetes de empuje para contrarrestar la presión axial que originan. Son
aquellos en donde se forma un ángulo entre el recorrido del diente y el eje
axial, con el fin de asegurar una entrada progresiva del contacto entre diente
y diente. Estos engranajes se utilizan generalmente en las cajas reductoras,
caja de velocidades de automóviles.
Doble-helicoidales: Para las
mismas aplicaciones que los helicoidales, con la ventaja sobre éstos de no
producir empuje axial, debido a la inclinación doble en sentido contrario de
sus dientes. Se les denomina también por el galicismo “á chevron”, que debe
evitarse. Cumplen la función de dos engranajes helicoidales. Poseen las
ventajas de los cilíndricos helicoidales, o sea bajo ruido y alta resistencia.
Al igual que los engranajes helicoidales se utilizan en las cajas de reducción
donde se requiere bajo ruido. Ejemplo: reductores de plantas de procesamiento de
cemento.
Helicoidales para ejes cruzados:
Pueden transmitir rotaciones de ejes a cualquier ángulo, generalmente a 90°,
para los cuales se emplean con ventaja los de tornillo-sin-fin, ya que los
helicoidales tienen una capacidad de resistencia muy limitada y su aplicación
se ciñe casi exclusivamente a transmisiones muy ligeras (reguladores, etc.).
Cremallera: Rueda cilíndrica de
diámetro infinito con dentado recto o helicoidal. Generalmente de sección
rectangular.
ENGRANAJES CONICOS:
Se fabrican a partir de un trozo
de cono, formando los dientes por fresado de su superficie exterior. Los
dientes pueden ser rectos, helicoidales o curvos. Esta familia de engranajes
soluciona la transmisión entre ejes que se cortan y que se cruzan. Los
engranajes cónicos tienen sus dientes cortados sobre la superficie de un tronco
de cono
Cónico-rectos: Efectúan la
transmisión de movimiento de ejes que se cortan en un mismo plano, generalmente
en ángulo recto, por medio de superficies cónicas dentadas. Los dientes
convergen en el punto de intersección de los ejes. Son utilizados para efectuar
reducción de velocidad con ejes en 90°. Estos engranajes generan más ruido que
los engranajes cónicos helicoidales. Se utilizan en transmisiones antiguas en
forma de reparación. En la actualidad se usan escasamente.
Cónico-helicoidales: Engranajes
cónicos con dientes no rectos. Al igual que el anterior se utilizan para
reducir la velocidad en un eje de 90°. La diferencia con el cónico recto es que
posee una mayor superficie de contacto. Es de un funcionamiento relativamente
silencioso. Se utilizan en las transmisiones posteriores de camiones y
automóviles de la actualidad.
Cónico-espirales: En los
cónico-espirales, la curva del diente en la rueda-plana, depende del
procedimiento o máquina de dentar, aplicándose en los casos de velocidades
elevadas para evitar el ruido que producirían los cónico-rectos.
Cónico-hipoides: Para ejes que se
cruzan, generalmente en ángulo recto, empleados principalmente en el puente
trasero del automóvil y cuya situación de ejes permite la colocación de
cojinetes en ambos lados del piñón. Parecidos a los cónicos helicoidales, se
diferencian en que el piñón de ataque esta descentrado con respecto al eje de
la corona. Esto permite que los engranajes sean más resistentes. Este efecto
ayuda a reducir el ruido del funcionamiento. Se utilizan en máquinas
industriales y embarcaciones, donde es necesario que los ejes no estén al mismo
nivel por cuestiones de espacio.
TORNILLO SIN FIN
Tornillo sin fin: Generalmente
cilíndricos. Pueden considerarse derivados de los helicoidales para ejes
cruzados, siendo el tornillo una rueda helicoidal de un solo diente (tornillo
de un filete) o de varios (dos o más). La rueda puede ser helicoidal simple o
especial para tornillo sin fin, en la que la superficie exterior y la de fondo
del diente son concéntricas con las cilíndricas del tornillo. Generalmente, el
ángulo de ejes es de 90º. Permiten la transmisión de potencia sobre ejes
perpendiculares. Es un caso extremo de engranajes hipoidales, ya que esta
descentrado al máximo. Se aplica para abrir puertas automáticas de casas y
edificios Poseen además un bajo costo y son autobloqueantes. Es decir que es
imposible mover el eje de entrada a través del eje de salida
El piñón se convierte en tornillo
sin fin y la rueda se denominca corona. El número de dientes del piñón es igual
al número de dientes de entradas o hilos del tornillo.
El tornillo sin fin generalemente
desempeña el papel de la rueda conducida.Se distinguen tres tipos:
Tornillo sin fin y corona
cilindricos: la rueda conducida es igual a la de los engranajes cilíndricos
usuales, el contacto es puntual y por lo tanto el desgaste de ambos es rápido.
Se utiliza en la transmisión de pequeños esfuerzos y a velocidades reducidas.
Tornillo sin fin y corona de
dientes cóncavos: El tornillo mantiene su forma cilíndrica, con sus filetes
helicoidales. La rueda está tallada de forma que sus dientes están curvados,
con el centro de curvatura situado sobre el eje del tornillo sin fin. El contacto
entre lso dientes es lineal, lo que hace que se transmita mejor el esfuerzo y
por tanto se produce menos desgaste. Se utiliza en mecanismos de reducción.
Tornillo sin fin y corona
globoidal: El tornillos se adapta a la forma de la rueda, es poco frecuente,
debido a su alto coste de fabricación. Se utiliza en las cajas de dirección de
los automóviles.
ENGRANAJES CILÍNDRICOS
Se
fabrican a partir de un disco cilíndrico, cortado de una plancha o de
un trozo de barra maciza redonda. Este disco se lleva al proceso de
fresado en donde se retira parte del metal para formar los dientes.
Estos dientes tienen dos orientaciones : dientes rectos (paralelos al
eje) y dientes helicoidales (inclinados con respecto al eje). En las
figuras se muestran un par de engranajes cilíndricos y un engrane
cilíndrico de diente helicoidal.
Los engranajes de diente recto
son mas simples de producir y por ello mas baratos, la transmisión del
movimiento se realiza por medio de los dientes, quienes se empujan sin
resbalar. En el caso de los dientes helicoidales los dientes se empujan
y resbalan entre sí, parte de la energía transmitida se pierde por roce
y el desgaste es mayor. La ventaja de los helicoidales es la falta de
juego entre dientes que provoca un funcionamiento silencioso y preciso.
Los
engranajes cilíndricos se aplican en la transmisión entre ejes
paralelos y que se cruzan. En la figura se aprecia una transmisión entre
dos ejes que se cruzan, utilizando dos engranajes cilíndricos de diente
helicoidal.
Los engranajes pueden ser desde muy pequeños
hasta muy grandes, para facilitar la puesta en marcha y la detención de
un mecanismo es importante que el engranaje tenga poca masa, esto se
logra quitando material a la llanta. Puede fabricarse una llanta
delgada, con perforaciones o simplemente sacar la llanta y reemplazarla
por rayos. En la figura se aprecian tres engranes de distinto tamaño,
desde un engrane macizo hasta un engrane con rayos pasando por un
engrane con llanta aligerada.
El proceso de fabricación es el
maquinado con fresas u otro mecanismo de corte, dependiendo del tamaño
del engrane. En la figura se aprecia un engrane cilíndrico de diente
helicoidal de gran tamaño, durante el proceso de maquinado de dientes.
FABRICACIÓN DE ENGRANAJES
Pueden
obtenerse por moldeo o por talla de muy variadas materias: aceros
especiales, hierro colado, bronce, latón, aleaciones de aluminio,
nailon, madera e incluso tejidos y papeles baquelizados bajo presión.
Los que se obtienen vaciando metal en moldes apropiados son menos
costosos, pero, al carecer de precisión, requieren ser montados con
mucho juego y son, por ende, ruidosos. Sólo convienen para maquinaria
agrícola, grúas y otros mecanismos en los que funcionan a velocidades
moderadas.
La talla de las ruedas dentadas se efectúa con
máquinas especiales y a veces son simples fresadoras de cabezal divisor.
Con la fresadora, los mejores resultados se obtienen, no ya con la
fresa de perfil constante, sino con otra en forma de tornillo sin fin
poliroscado y varias veces interrumpido para formar otros tantos filos
cortantes. Esa fresa de rodadura gira sobre su eje horizontal y sus dientes atacan al contradentado de la rueda a labrar que gira sobre un eje vertical. En la talla por generación
el útil consiste en un peine cuyos dientes cortantes labran la pieza
merced a un movimiento alternativo de traslación paralelo al eje de la
pieza. Como ésta gira al mismo tiempo, el movimiento relativo de la
herramienta y el de la rueda que se labra es semejante al de un
engranaje de piñón y cremallera. En otros casos el útil actúa
mortajadora y sus dientes cortantes van ahondando más y más las
entredientes de la pieza a medida que el eje de ésta y el de la
herramienta se van acercando.
Los dientes, con perfecta que haya
sido su talla, nunca están exentos de estrías, asperezas y
deformaciones. Por lo demás, aunque fueran perfectos, sufrirían
deformaciones al ser templados. Es consiguientemente imprescindible
someterlos a ulteriores operaciones de rectificación. Los procedimientos
corrientemente aplicados con dicho fin son: el esmerilado con muelas
especiales, muy finas, a las cuales, tallándolas con diamantes, se ha
conferido el perfil exacto del entrediente; el lapeado, que es un
esmerilado con un abrasivo tan finísimo que se llegan a respetar
tolerancias del orden de la milésima de milímetro; el bruñido,
consistente en montar la ruedas y piñones en su posición de trabajo
hasta que se consume el desgaste de sus asperezas. Los engranajes
perfectamente tallados y rectificados no disipan por fricción más del 1%
o, a lo sumo, 2% de la energía mecánica transmitida.
MÁQUINAS PARA LA FABRICACIÓN DE
ENGRANAJES
Se distinguen los siguientes
tipos básicos:
Dentadoras Pfauter:
Para tallar engranajes cilíndricos, rectos
o helicoidales y coronas.
Dentadoras - Mortajadoras Fellows:
Para tallar engranajes cilíndricos, rectos
o helicoidales, con dentado exterior o interior.
Dentadoras - Mortajadoras Maag:
Para tallar engranajes cilíndricos, rectos
o helicoidales, con dentado exterior.
Dentadoras Bilgram:
Para tallar engranajes cónicos rectos.
Dentadoras Gleason:
Para tallar engranajes cónicos helicoidales
o espiroidales.
Afeitadoras Fellows y rectificadoras Maag:
Para el acabado de los flancos de los
dientes o helicoidales de engranajes exteriores.
A continuación se puede observar
las diferentes fresas que existen para fabricar engranajes según la forma del
diente
Son tan numerosos como variadas y las más de las veces no se limitan a
un par de ruedas, sino a combinaciones más numerosas, en forma de tren de engranajes.
Se puede obtener así cualquier cambio de velocidad. Si, como en la
figura de abajo, un piñón motor (1) arrastra una rueda mayor (2) en cuyo
mismo eje va calado otro piñón (3) que, a su vez, ataca a otra rueda
(4) y así sucesivamente, el número de revoluciones disminuye según la
fórmula inserta más arriba. Pero si ese mismo tren funciona al revés,
siendo la rueda 4 motriz y transmitiéndose el movimiento de las ruedas a
los piñones, la velocidad transmitida en 4 quedará multiplicada en 1 en
las mismas proporciones. Las ruedas pares giran en sentido contrario al
del eje del motor y las impares en el mismo sentido que éste. Es
posible, no obstante, transmitir el movimiento sin cambio de su sentido
adoptando una rueda conducida de engranaje interno, o sea, en forma de corona que lleva tallados los dientes en la superficie interior de la llanta.
El
tren de engranajes de un reloj mecánico permite que unas pocas vueltas
del barrilete motor hagan dar más de 1500 vueltas al piñón minutero. En
un automóvil, el cambio de velocidades permite combinar varias ruedas y
piñones con objeto de adaptar la carga al régimen del motor, así como
para invertir la marcha. El diferencial de ese mismo vehículo constituye
otro ejemplo de las muchas posibilidades que ofrecen los engranajes
pues, además de transmitir el movimiento del árbol motor entre ejes que
forman ángulo de 90º, permite que la rueda del coche situada en el
interior de los virajes ruede con menor velocidad que la rueda exterior.
En los ferrocarriles de cremallera, piñones dentados de la locomotora
engranan en una cremallera fijada en las traviesas; los trenes pueden
subir así por pendientes superiores a las que la simple adherencia de
las ruedas permitiría franquear a un tren ordinario. En muchos casos
resulta útil que una misma rueda dentada pueda accionar simultáneamente
varios órganos mecánicos y, por ejemplo, en ciertas maquinillas de
afeitar eléctricas el árbol motor hace girar tres rodetes de cuchillas a
la vez. Una de las cualidades más preciosas de los engranajes estriba
en la ausencia total de deslizamiento entre la primera y la última
ruedas del tren lo cual permite obtener en cualquier parte de los
mecanismos velocidades o movimientos angulares de rigurosa precisión.
Las
exigencias cada vez más numerosas y estrictas impuestas por las nuevas
tecnologías hacen que el cálculo y diseño de los engranajes más
apropiados para cada uso y de la maquinaria necesaria para fabricarlos
constituyan una de las especialidades fundamentales y más difíciles de
la moderna ingeniería mecánica.
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